Ana: La Princesa de Porcela, Parte III

Ciertas verdades que algunos niegan:

Bueno, desde ya quería agradecerles a toda la gente que sigue pasando, comenta y deja sus experiencias.
Leyendo los comentarios me di cuenta que hay muchas personas que sufrieron mis mismo problema, entonces me parecería correcto que yo deje también lo que yo viví para que algunos les sirva de ayuda, o simplemente sepan que también los entiendo.
Fines del 2004: Ya había pasado el viaje de egresados y allá fue que me di cuenta que necesitaba urgentemente un cambio exterior.
Nunca había tenido complejos con mi cuerpo hasta esa "bendita" semana donde se supone que todo el mundo es feliz y anda con bikini por la pileta.
Pero lo que más me había dolido era que mis propias amigas me cargaran, ahí fue que dije: Esto NO puede seguir así, tengo que cambiar.
Comencé una dieta común y corriente con una nutricionista. Al principio todo marchaba "normal" (normal en mi vocabulario significa bien), los kilos bajaban y mi aspécto exterior se iba embelleciendo.
De los 60 kg que pesaba, la balanza iba indicando que en unas semanas llegaría a pesar 52 kg. Mucha gente se preguntaba cómo hacía para poder bajar de peso, si me ponían las famosas semillitas, si realmente me moría de hambre o qué.
"Nada" respondía inocentemente. "Simplemente dejé de comer dulces" (Por cierto, mi debilidad)
Tenía solo 12 años cuando comencé la dieta y no tenía ninguna cercanía a los peligros que podría llegar a causar si uno se pasaba de la "línea roja". Siquiera tenía internet como para poder aunque sea investigar un poco, a pesar de que siempre mi curiosidad fue inmensa.
Cada vez que me miraba al espejo me sentía horrible, como si nunca hubiera adelgazado nada de nada. A pesar de que la gente me decía lo bien que me veía, yo decidí que debía bajar "unos kilos más" hasta eliminar esa pancita que estaba de más.
Ya estaba haciendo tenis pero eso no alcanzaba, necesitaba más actividad física en mi vida si quería adelgazar rápido, entonces empecé el gimansio. Pronto, lo que fue de mi vida quedó en el pasado: era presa de un deseo, aquél que catalogueaba como perfección.
Las salidas que antes disfrutaba hacer, como ir al cine y comer pochoclos, o salir a comer a Macdonalds quedó en el pasado. Tenía que suprimir aquéllos lugares de reuniones donde hubiera comida.
No solo estaba obsesionada con el deporte, sino que también con la comida. Entonces mi plan funcionaba perfecto había empezado a hacer ejercicio, evitaba salidas "peligrosas" para mi dieta...y ¿qué más faltaba? Sí, pequeño detalle. Dejar de comer.
Aprovechaba cada situación para escaparme y decir que ya había comido, dejé de salir por completo (imagínense que si antes no salía seguido ahora era NADA)
Mi vida ahora se basaba en puras mentiras, en esconder y guardar todo en bolsitas para así después poder tirarlo en algún hueco sin que nadie se diera cuenta.
Pero mi plan "perfecto" se salteó un detalle importantísimo: cuando uno baja de peso de nota. Entonces, por más que ocultara y no se dieran cuenta, en algún momento lo harían.
Todo se volvió un infierno: cada noche una nueva discusión respecto a la comida. Yo, que me negaba rotundamente a comer, y mi mamá que ya harta de todo, me obligaba a comer. (Consejo: si conocen a alguien que tiene esta enfermedad, obligándolo a comer no van a lograr nada)
Después de un tiempo, la balanza indicaba que mi peso rondaba los 43 kg y yo, seguía sintiéndome gorda y fea. Mi cuerpo estaba deteroriado, no tenía fuerzas para nada. La nutricionista me obligó a dejar lo que más amaba en ese momento, tenis y el gimnasio parecía para grandes y fuertes cada vez que iba y levantaba una pesita de 1 gramo.
Mis amigas, si bien sospechaban que tenía "problemitas" con la comida, nunca se animaron a decirme nada a la cara. Por lo tanto, desde que comenzó este problema parecía que todo se hacía en silencio: se ocultaba en silencio, se comía en silencio y nunca se hablaba directamente de la anorexia.
(Consejo: si conocen a alguien que tiene esta enfermedad, sean fuertes y afróntenlo, mientras más se hable del tema y se informe va a ser mejor. Asegúrense de que la persona conoce con detalles todas las consecuencias que puede llegar a tener si no para)
Al llegar a los 39 kg, por primera vez me sentí hermosa. Me miré al espejo y me di cuenta de que estaba bien y no necesitaba bajar más de peso. Pero esta decisión fue un acto interno, no lo hice porque mi flia., la nutricionista o la psicóloga me obligaban. No, fue porque abrí los ojos: la vida me dio una segunda oportunidad. Saben que mucha gente nunca termina de abrirlos y cuando lo hace ya es demasiado tarde.
En un año, mi vida dio un vuelco enorme pero por suerte, al año siguiente ya estaba todo "normal", mi vida volvía a estabilizarse.
No voy a mentir, hay momentos en lo que todavía pienso: "Ay, mirá a esa moledito. Ojalá tuviera ese cuerpo" Y cada vez que se me cruza algún pensamiento un poco más atrevido, recuerdo lo que fue mi vida de anoréxica, lo que sufrí, las amistades que perdí, las salidas que me obligé a no ir (así fueran muy importantes), todo lo que tocaba se transformaba en algo marchito, la sonrisa que solía tener, ahora era falsa.
Entonces, mantengo en alto mis vivencias y así, puedo seguir adelante.
Es común tener complejos (todos los tenemos, eso siempre va a ser así) pero hay que saber medirnos. Hasta cuándo se transforma en algo más que un complejo, eso puede llegar a ser una obsesión que te lleva hacia la muerte.
Bueno, eso fue algo de mi historia. Es obvio que no puedo expresar todos los sentimientos que viví porque fueron demasiados. (más malos que buenos)
Cuidado con lo que deseen, aquéllos que son concientes de las consecuencias que puede llegar a traer la anorexia y la bulimia, no quieran serlo, todavía tienen la oportunidad de cambiar. Hay millones de formas de solucionar sus problemas, éstas no son opciones sino, más problemas.
Sean concientes a la hora de elegir, hay mucha gente allá afuera que hoy, acaba de decidir que no tiene que comer pero que no tiene idea de en lo que se está metiendo. En cambio, ustedes que sí tienen el medio para hacerlo, no lo desaprovechen: hablen, no se callen nada. El silencio es el peor enemigo.
Algunos consejos para tener en cuenta:
- Si tenés un amigo que tiene anorexia/bulimia.
1) Nunca lo obligués a comer, por más que le digás que lo hacés con la mejor intención de que esté bien o "x" motivo. Cuando uno tiene este problema, lo que menos quiere hacer es que lo obliguen a hacer algo que odia. Recuerden cuando los hacían tomar la sopa de chicos y la odiaban: sabían que les haría bien pero aún así, la odiaban. Traten de ayudarlo pero de otra manera.
2) Nunca les digás cosas como: "Vas a ver que todo va a estar bien" "Ánimos que mañana será otro día" Perdonen pero suena re irónico, sacado de un cuento de hadas. Imagínense que la persona vive cargada de odio y frases cursis le caen muy mal. Intenten hacérles ver que ustedes si bien no pasaron por lo mismo, intentan ayudarlo y comprenderlo en la mejor manera posible. No lo hagan sentir diferente y excluído por padecer tal enfermedad.
3) Bríndenle confianza al otro (si ya pasaron por la misma situación o similar, contáles tu experiencia para que se sienta más identificado respecto al problema. Acordáte que no es lo mismo leer en un blog la experiencia de una anoréxica que la de un amigo, siempre te sentís más identificado con alguien cercano) Otra forma de ganar su confianza es hacerle notar que tu vida tampoco es perfecta y que también tenés problemas.
4) A pesar de lo verdadero que hay en esto, no sirve que le metás a la sociedad de por medio (para mí es una gran culpable de lo que está sucediendo, pero a ellos no les importa) Decir cosas como: "¿De verdad querés ser como esas flacas anoréxicas que ves en la tv y los huesos por poco más se le salen del cuerpo?" no es muy alentador, se sienten más fracasadas. Fíjense que su sueño es ser como ellas y si le remarcás lo flacas que son, más van a querer serlo.
5) Intentar conversar con esta persona y alentarla a que lo hable con un adulto (en tal caso de que sea un adolescente) a quien le tenga realmente confianza. Siempre un adulto responsable de por medio es mejor. Es verdad que es probable que el adulto no entienda de la misma manera que un jóven pero por algo vivieron lo que vivieron y lamentablemente saben más que nosotros. (Digo lamentablemente porque muchas veces el orgullo nos lleva a hacer cosas que no deberíamos)
6) Y lo más importante, estar en todo momento apoyándolo e intentarlo entenderlo.
No es bueno que la persona se refugie en aquélla gente que padece la misma enfermedad porque si bien se sentiría más "aceptado" le sería más difícil salir de ella: entre ellos se apoyan y estimulan a continuar hacia adelante.
Bueno, para la gente que quiera preguntarme algo o simplemente necesita algo de ayuda y no sabe a quién recurrir, les dejo mi mail: say.hpp@gmail.com
Capáz no sea la persona adecuada para hablar porque no nos conocemos pero incluso puede llegar a ser una ventaja, a mí me resulta más fácil contarles mis problemas a los desonocidos de una forma "anónima" Yo no voy a juzgar, sino a ayudar.
Saludos y no se olviden: todavía están a tiempo de hacer algo.
P.S: Todo aquél que se pasa por el blog para recibir consejos sobre cómo vomitar, cómo ser anoréxica o bulímica o cosas por el estilo, se puede ir retirando. NO fomento esto como estilo de vida, este blog NO es pro-ana o mia.